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El populismo punitivo es una tendencia errada en todo el mundo

Justicia

A sus 85 años, el profesor alemán Claus Roxin es considerado la autoridad más influyente en el derecho penal moderno. Sus teorías son referenciadas hace años en sentencias de la Corte Suprema y en los escritos de acusación de la Fiscalía. Una de las más sonadas es la de los aparatos de poder y la responsabilidad penal mediata, que ha sido usada recurrentemente por los operadores judiciales para castigar tanto a quien comete materialmente un crimen como a quien, muchos eslabones más arriba en la cadena delictiva, tuvo el dominio completo sobre el hecho.

Roxin fue esta semana el invitado principal del Primer Congreso Internacional de Derecho Penal, realizado por la Universidad Libre de Colombia. El profesor habló con El TIEMPO sobre el momento histórico que se vive en el país y del precario equilibrio entre justicia y paz. 

Una de las grandes preocupaciones del país frente a la Justicia Especial para la Paz es que esta cumpla con los lineamientos de la Corte Penal Internacional. ¿Cree que el modelo está en sintonía con la CPI?

Esa es una pregunta muy compleja. Este es un caso excepcional porque el proceso de paz de Colombia es el fin de una verdadera guerra y una negociación es la única posibilidad de ponerle fin. Para lograr algo así hay que aplicar un estándar menos estricto. Yo creo que es justificado hacer una excepción a lo que normalmente exige la Corte Penal Internacional, aunque no con los casos extremadamente graves, en los que no se puede aplicar una pena restringida, sino que se necesita una verdadera sentencia del derecho penal.

Una de sus teorías más conocidas es la de la responsabilidad por línea de mando. Ese tema ha sido objeto de duras discusiones por la aplicación o no a los jefes militares y guerrilleros que serán juzgados por la nueva Justicia Especial para la Paz... 

Esta teoría establece una función que hace posible que una persona que no actúa con sus propias manos pueda ser responsable de los actos de los demás que están a su cargo. Pienso que en Colombia también se aplicará esta teoría al igual que otros países de Latinoamérica lo han hecho (ver notas anexas). 

¿Cuál es el tratamiento que en un proceso como estos se les debe dar a las Fuerzas Militares y a la guerrilla? ¿Debe ser el mismo o diferenciado?

En todas las guerras, tanto el combatiente como el civil no tienen una responsabilidad penal solamente derivada de su condición en la situación de conflicto. Pero si esta persona comete crímenes de guerra, en este caso hay una responsabilidad criminal y da igual si es un militar o si es una persona de las Farc o de otros grupos.


En el país ha habido polémica por la vigencia de la nueva justicia. ¿Cuál debe ser el término de duración de la Justicia Especial?

Eso depende de las circunstancias concretas en Colombia. Lo más importante es que esta fue una guerra civil y no hay una solución o fórmula para terminar una guerra civil. Es importante dar un poquito más de tiempo al Estado para encontrar reglas y terminar una guerra civil.

¿Qué tan frágil puede ser un proceso de paz?

El éxito depende del proceso de paz en sí mismo, de lo que sienta la mayoría de la población. A mi modo de ver pienso que la mayoría está contenta con el proceso de paz como está. Lo más importante es que si la situación económica y política mejora en los años que vienen, ese éxito será posible. En Alemania, después de la Segunda Guerra Mundial, vimos que es posible con un éxito económico y político rechazar los extremos y establecer un Estado de derecho.

La importancia del proceso de paz y el éxito del acuerdo tienen efectos significativos en lo económico y en el turismo. El aspecto económico es muy importante porque ahora la industria y las empresas saben que pueden invertir en Colombia y eso contribuye al éxito económico del país. Esto a su vez incide en las medidas para atraer turistas de todo el mundo, como se está viendo cada día en las ciudades, y eso es una medida muy importante para el país.

¿Qué opina de las continuas modificaciones legislativas que crean nuevos delitos o incrementan penas, algo que se denomina populismo punitivo? 

En general es una tendencia errada que existe no solo en Colombia sino en todos los países, incluida Europa. Pero aumentar o dar una pena no cambia en nada la existencia de crímenes y por eso la medida más eficaz contra la criminalidad es tratar de cambiar los orígenes y las causas de estos comportamientos; por ejemplo, la pobreza, es una causa muy importante. 

O tomar medidas preventivas para evitar el delito. En todo el mundo se piensa que aumentar penas es una respuesta efectiva a los crímenes y esa es también la explicación de por qué la pena de muerte existe hasta hoy, a pesar de que en la teoría penal y criminológica no hay ninguna justificación para la pena capital.

¿Es legítimo incrementar las penas, meter más gente a la cárcel, en un país como Colombia en el que hay fallas sistémicas que afectan los derechos de los reclusos?

No acepto esta situación. Toda persona, aun si ha cometido un crimen, tiene sus derechos, que no se acaban con la entrada en prisión. Lo que se debe hacer es cambiar las sanciones o cambiar la ejecución de sanciones. Pienso que el Estado debe pensar en medidas adicionales, como ayudarles a conseguir un trabajo a estas personas para que puedan entrar en la vida civil de nuevo, porque a mi modo de ver el peligro más grande es que las personas en la prisión se vuelven criminales para toda la vida. Muchos no pueden superar nunca las violaciones a sus derechos que sufren en la prisión. Eso es lo peor que puede suceder.

Un elemento muy importante es el diseño de la ejecución de la pena en la prisión: no se trata solamente de dejar a la persona detenida hasta que finalice su pena, sino de ofrecer una posibilidad real de resocialización; de aplicar una forma bastante nueva en la psicología del derecho y crear modelos nuevos para ayudar a los prisioneros a lograr una vida más normal después de la prisión. 

¿Hoy usted ve un mundo con más justicia y garantías para los ciudadanos?

Claro que sí. Se puede ver que hay proyectos muy positivos que fortalecen el Estado de derecho, sobre todo en América Latina, es un desarrollo positivo. Tengo una visión muy optimista y creo que hay una posibilidad de desarrollar con el derecho una vida más positiva y más segura en el mundo. 

En el mundo, sobre todo en Europa, tenemos que encontrar una vía para colaborar y convivir con el mundo islámico, pero ese no es el problema de Colombia.

Tiene 25 doctorados honoris causa

“Roxin es muy importante para el derecho penal y planteó las bases sobre la responsabilidad mediata. Con su teoría, las Cortes han logrado penalizar a las máximas cabezas de organizaciones delictivas”. 

Así reseña el exmagistrado José Gregorio Hernández los aportes del profesor alemán a la justicia en todo el mundo.

En 1962, en medio del debate jurídico sobre la responsabilidad de los jerarcas nazis en los terribles crímenes de lesa humanidad cometidos por sus hombres, Roxin planteó la tesis de la autoría mediata, en la que el principal responsable de un crimen es el ‘hombre de atrás’: aquel que instrumentaliza al autor material para lograr sus fines, usualmente aprovechando su condición de cabeza de un aparato organizado de poder, sea este legal o ilegal. 

La teoría es polémica. Ha sido usada en Colombia, por ejemplo, para procesar y condenar a los militares que comandaron la retoma del Palacio de Justicia y, además, en los procesos de los ‘falsos positivos’.

Expertos de todo el mundo, en la U. Libre

La Universidad Libre realiza en Bogotá el primer Congreso Internacional de Derecho Penal. Hoy es el último día del evento académico. 

En el panel se tratará el rol de la pena en escenarios de transición, el proceso penal en Alemania y Colombia y, por último, las finalidades de la pena en la dogmática clásica y en el derecho penal internacional.

Los principales temas que se han discutido en el congreso han sido la justicia transicional y las teorías del derecho penal. Participan juristas de Alemania, Argentina, Italia, Brasil, España y Colombia.